¿Dónde están todos los científicos LGBT? Sexualidad e identidad de género en la ciencia Inspire article

Traducido por Pilar Bustos-Sanmamed. ¿Sienten los científicos LGBT que pueden “declararlo abiertamente y estar orgullosos” en el trabajo? Un biofísico reflexiona sobre su propia experiencia y la de otros científicos LGBT.

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La carrera científica no es un camino tradicional que sigan las personas LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales). Al menos, esta es la imagen extendida por los medios, donde a las personas LGBT se les representa habitualmente como trabajadores del mundo del espectáculo y la industria de la moda. Una lista de poderosos individuos LGBT confirma esta imagen: por ejemplo, la Lista Mundial del Poder del Orgullo LGBT en el 2014w1 publicada por un periódico de Reino Unido, contenía tan solo una persona en 100 con una ocupación relacionada con la ciencia: un célebre doctor. Esto parece sorprendente, incluso teniendo en cuenta la baja visibilidad que generalmente tiene la ciencia en los medios populares.

Mi propia historia refleja esto mismo. En las Filipinas, donde yo crecí, ser gay está ligado frecuentemente a trabajar como peluquero o como cómico en espectáculos y películas. Este estereotipo de las personas LGBT no me interesaba. En la escuela primaria, yo era el niño cerebrito, gordo y el foco de burlas por ser diferente. Sin embargo, ser cerebrito también significó que tuve buenas notas – lo suficientemente buenas para entrar en una prestigiosa escuela secundaria.

En la Escuela Secundaria de Ciencias de Filipinas, a los estudiantes se les capacitaba ampliamente en matemáticas y ciencias y, se les animaba para realizar los cursos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, CTIM) en la universidad. Nos desarrollamos en un ambiente que fomentaba el pensamiento crítico y la autoexpresión y, gané autoestima y confianza en ser diferente – y en ser gay, lo que me ayudó a declararlo, inicialmente a unos pocos amigos.

Oficialmente, lo declare en 2003 cuando estaba en la Universidad, donde podía expresarme abiertamente en un ambiente de aceptación. Después de obtener mi grado y mi máster, me mudé de Filipinas a Heidelberg, Alemania, para hacer mi Tesis doctoral. Esta mudanza, inicialmente, me hizo plantearme cómo de amigable sería Alemania para los gais pero, afortunadamente, no fue un problema y, encontré incluso tutores y amigos LGBT en la comunidad científica.

Así que, mientras que personalmente yo puedo vivir y trabajar en un ambiente de aceptación, a menudo me pregunto: ¿es lo mismo para la mayoría de las personas homosexuales? ¿Dónde están los otros científicos LGBT?

LGBT Pride Parade (São Paulo, Brazil, 2014)
Imagen cortesía de Ben Tavener; image source: Flickr

La historia de Sarah

La catedrática Sarah Veatch, una profesora asistente de biofísica y física en la Universidad de Michigan, EEUU, lo declaró muy temprano en su trayectoria profesional. Ella estaba implicada en la alianza del derecho gay de su escuela secundaria a mediados de los años 90, aunque estuvo en conflicto con su identidad LGBT hasta la escuela universitaria en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

En el MIT, Sarah comenzó a jugar al rugbi, que le ayudó a definir su identidad, donde le resultó fácil encajar como “un de los chicos”. En una clase dominada por hombres, su comportamiento más masculino le ayudó a tener una posición igualitaria con sus compañeros masculinos y también disuadió interacciones románticas. Hoy en día, siente que esta estrategia le ayuda en sus interacciones con sus colegas de profesión ahora que ella está en una posición científica más consolidada. La física, después de todo, sigue estando dominada por hombres.

Muchas de sus compañeras heterosexuales se preocupan por la conciliación de la vida familiar con sus carreras científicas. Pero Sarah nunca estuvo muy preocupada sobre este tema, ya que nunca le ocurriría estar en una familia jugando el papel tradicional de su género. Hoy, este asunto es más complejo ya que hay varias opciones para que las parejas del mismo sexo puedan tener hijos, aunque las leyes de protección de los derechos de las parejas homoparentales no están aún adaptadas en muchos lugares.

Sobre todo, Sarah es optimista. “La percepción de la sociedad de la comunidad LGBT ha cambiado mucho desde que yo decidí seguir una carrera en la academia”, concluye. “Hay mucha más tendencia [ahora] y, yo me beneficio de esto”.

La historia de David

La experiencia del profesor David Smith es una mezcla: él no se sintió capaz de declararse como miembro LGBT cuando estaba creciendo pero, el tuvo que hacer frente a pocos problemas una vez lo hizo en el entorno laboral.

Cuando David estaba creciendo en el Reino Unido en los años 1980, la atmósfera hacia la gente LGBT era de amenazas y poco acogedora. “Yo fui testigo de insultos homofóbicos con regularidad y, no consideré siquiera declarar o explorar mi sexualidad”, dice. Mientras que en la escuela secundaria, no entendía bien su identidad LGBT porque era un gran tabú para discutirlo incluso con los amigos. Esto dio lugar a que él no se declaró LGBT hasta mucho más tarde, durante su carrera, una vez que había conseguido un puesto dentro de la academia.

David, que actualmente trabaja en Química supramolecular en la Universidad de York en el Reino Unido, dice que él no ha sufrido explícitamente experiencias homofóbicas dentro de la Ciencia. El declara, “diría que a los científicos no le importa si yo soy gay; es en una carrera en lo que yo tengo que destacar”. Él es defensor de una ciencia más accesible y, tiene un canal de YouTubew2 donde sube tutoriales de química de todo tipo de temas, desde chocolate y curry hasta drogas.

David también da seminarios y escribe sobre la importancia de la visibilidad de los científicos LGBT, ya que cree que la visibilidad de LGBT hace de modelo para capturar las diversas experiencias de las diferentes personas y mostrar a los jóvenes que es posible para ellos. “Es más fácil conectar con alguien que ha pasado por la misma experiencia”, dice

La historia de Pauline

Muchos científicos aún tienen miedo de declarar su condición sexual en el trabajo –y estos temores no son infundados, según la experiencia de Pauline Gagnon. Estudió en Montreal, Canadá y, se mudó a la Universidad de California en Santa Cruz, EEUU, para su doctorado. Después, Pauline consiguió un puesto en Ottawa, Canadá y, más tarde en la Universidad de Indiana, EEUU, que la llevó a trabajar en el CERN, en Suiza. Allí, trabajó en el experimento ATLAS, uno de los experimentos que confirmó la existencia del bosón de Higgs.

“Yo estaba fuera de lugar en California y Canadá”, recuerda, “pero al mudarme al CERN [en 1999], experimenté una cultura diferente. Allí era más conservadora”. Ella cuenta que se sintió excluida y discriminada por su orientación sexual. Varios años después, sin embargo, un grupo de gente joven y dinámica comenzó un grupo social LGBT en el CERN. “Tener este grupo marcó la diferencia; unirme al grupo LGBT fue respirar aire fresco”, dice.

Póster anunciando el grupo LGBT en el CERN
Imagen cortesía de Rolf Landua

A parte de sus publicaciones científicas, Pauline ha escrito un libro de divulgación científicaw3 sobre temas de física de partículas y género y sexualidad en ciencia y, ella habla en público sobre mujeres y diversidad en ciencia. “La mejor protección contra la homofobia es declarar la condición sexual”, comenta. “Declararlo significa que no tengo nada que ocultar; no hay nada malo conmigo”. Pauline cree que cuanta más gente LGBT declare su condición sexual, antes mejorarán las reacciones. “Yo pagué un alto precio por ello pero, no podía vivir ocultándolo”, indica.

El presidente del grupo LGBT en el CERN, Alex Brown, también cree que la existencia del grupo marcó un cambio a mejor pero, con previsiones de que cambiar las reacciones llevará su tiempo. Para ayudar a conseguir esto, le gustaría ver más apoyo visible de los derechos LGBT por parte de la gente no LGBT – no sólo en el CERN, sino a nivel general. “Significa mucho saber que tenemos aliados que están preparados para aceptarnos y para recibirnos de forma abierta”, declara. Alex cree que los profesores pueden ser la clave para fomentar la aceptación. “Los profesores juegan un papel importante en el moldeado de la sociedad futura. Sólo deseo que haya recursos más auténticos y de mayor calidad para dotarlos de mejores herramientas para enseñar algo que puede ser un tema delicado.”

Reflexiones

Sarah, David, Pauline, Alex y yo experimentamos la vida científica en décadas diferentes y esto se refleja en nuestras variadas experiencias. El sufrimiento de las primeras generaciones ha ayudado a hacer hoy más aceptable el colectivo LGBT – pero esto no significa que ya no queda trabajo por hacer.

En el campo de la CTIM, muchos científicos no consideran ser LGBT un obstáculo, sin embargo, algunos prefieren no hablar sobre ello. “Siento que serlo [gay] no es un problema; no es algo sobre lo que hable de forma explícita”, dice Sarah. David piensa que esto debería reflejar una actitud ‘no preguntes, no te cuento’ en ciencia. “[los científicos consolidados] a menudo dicen – ¿qué importa? Lo que yo juzgo es la ciencia”, cuenta. “Muchos científicos comentan que no quieren oír hablar sobre la vida personal de la gente”.

Pero, ¿tenemos algo que ganar si hablamos de este tema abiertamente? Creo que sí. Un ambiente de apoyo ayuda en el equilibrio de la vida laboral – animando a los científicos y permitiéndoles concentrarse en la ciencia, en vez de pensar en cómo protegerse a sí mismos de la discriminación.

University science students: will any find LGBT role models in their chosen career?
Image courtesy of BoxerX / shutterstock
 

Entonces, ¿cómo generar este ambiente de apoyo? Habiendo crecido en un tiempo en el que ser LGBT estaba estigmatizado, David cuenta que a él le habría ayudado tener un profesor que fuera el contacto para los estudiantes en los asuntos LGBT. Mientas que tuvo profesores que marcaron una gran diferencia en su desarrollo científico y en su decisión de estudiar ciencias, esto no encontró a la hora de encontrar su identidad LGBT. Para explorar esta idea, David realizó un estudio informal en York, que revela que los estudiantes LGBT valoran la presencia de un cargo LGBT que sirva como modelo en sus departamentos. “Esto les permite encontrar un ambiente más seguro y de mayor apoyo”, indica David.

Por supuesto, la presencia visible de científicos LGBT no equivale directamente al reclutamiento de una generación más joven LGBT en ciencia. Pero, también al dar un ambiente más confortable se ayuda a los jóvenes LGBT a encontrar a alguien que les sirva como modelo a quién parecerse – como ocurre con las chicas que se inspiran en Marie Curie, como fue el caso de Pauline.

Y mientras cualquier joven curioso – LGBT o no – puede encontrarse haciendo una carrera investigadora, hoy en día los científicos LGBT todavía necesitan ser visibles. “No es suficiente con declarar nuestra condición”, concluye Pauline. “Tenemos que ser visibles. La ciencia tienen mucho que ganar con la diversidad porque tenemos nuestra propia creatividad y, la creatividad es esencial para la ciencia.”


Web References

Resources

Author(s)

Joseph Unsay estudió química en la Universidad Ateneo de Manila en Filipinas antes de mudarse a Heidelberg, Alemania, para empezar su Tesis en el Centro de Investigación Alemán del Cáncer. Más tarde, se marchó a Tübingen con su grupo de investigación y, finalizó su Tesis en biofísica en el año 2016. Sus investigaciones utilizan técnicas avanzadas de microscopía para estudiar membranas y proteínas de membranas que regulan la muerte celular. Actualmente trabaja en Alemania como uno de los editores asistentes para Chemistry – A European Journal, y entre sus intereses está la divulgación científica en diferentes medios.  (http://membranebpc.wordpress.com), el teatro, la música y el voleibol.

Review

En nuestro mundo moderno, deberíamos abrir los brazos a la diversidad en todos los aspectos de la vida, incluyendo estudios y carreras profesionales. Este artículo invita a los estudiantes y profesores a pararse a reflexionar sobre asuntos que no habían considerado previamente. Las experiencias descritas muestran que, aunque vivimos en una sociedad ‘abierta’, la gente aún necesita ánimos para ser sinceros consigo mismos

Marie Walsh, República de Irlanda

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